martes, 26 de octubre de 2010
El club de la buena leche
Asi que acá tenemos una de esas adquisiciones: Neutral Milk Hotel. El proyecto de Jeff Magnum devenido a banda luego del primer disco. Acá propongo para la escucha su segundo y último disco: In an airplane over de sea. Por momentos folk, por momentos áspero, no tengo muchas palabras para describir en este momento, pero pégenle una escuchada que levanta el ánimo (sobre todo cuando la chica que te lo pasó da señales confusas y no sabés como tomarlas).
PD: Ya que hablamos de las chicas que dejan cosas, también podemos hablar de las que se llevan. Asi que, Cecilia Maricel Rodríguez (perdón por el escrache público), no se es que parte del mundo estás, ni como estás. Pero, si por una de esas putas casualidades del destino llegás a leer esto, por favor devolveme la campera y el libro de Bukowski. Gracias.
sábado, 23 de octubre de 2010
Tomate eso
Miraba el techo cuando te apareciste. Gigante, sublime, poderoso y acuoso. Mojado, inquieto, inquieto, inquieto. Y movedizo. Desde arriba caíste directo a mí: me mojaste con una fuerza que me tiro para abajo y antes de darme cuenta un pulpo nadaba entre mis zapatos dispersos por el cuarto. A mi Bunker Iluminado por lo general no entra nadie y no supe como recibir al pulpo.
Estoy acostumbrado a esta soledad pensaba cuando lo escuchaba chapotear entre mis sabanas empapadas y mis libros arruinados hundidos en unos cinco centímetros de agua salada que parecía venir del pacifico (no se por que pero parecía, perdóname si te ofende). Supuse habías traído caracoles también hasta que mire bien y no, eran mis lentejuelas caídas soltadas de mi campera de cuero que atrás decía “gozar” escrito con lentejuelas doradas hasta que decidieron soltarse algunas… ahora dice “zar”. Mira si seré mal anfitrión… ¿sabes lo primero que hice en lugar de ofrecerle un vaso de agua al pulpito que había viajado tanto para venir a vestirme? Me zambullí a bucear buscando una cuchara, La Cuchara, poseído por una melancolía galopante que me hizo acordar a cuando jugábamos a tirar la cuchara a la pileta y el primero que la encontraba ganaba. Claramente, yo nunca gane. En eso estaba cuando el enviado se hizo entender, venia a buscar algo preciso, tenia un objetivo que cumplir y, no, no le interesaba demasiado que cumpla con los protocolos de visitas.
Yo te mando este carta por que si no agarre bien el mensaje tal vez la liga el pulpo y no es mi intención. Necesitaba llevarse un disco de la Greatful Dead. Según pude adivinar un barco yanki cruzaba el océano entero, sin ningún fin en especifico, y vos escuchaste un pedazo de un tema de un disco de la Greateful que te encanto. Y escuchaste había un Sensei encerrado en su casa que le grababa discos a todo el mundo que seguro tenia algo. Si, lo tengo y te lo paso. Se llama American Beuty. Es el que mas me gusta. Se lo grabe en cinco minutos, lo apoye en uno de los tentáculos y lo tire por el inodoro. Parecía que me saludaba, que agitaba uno de los tentáculos y hasta me parecio escuchar un risa rara. Una risa de pulpo.
Espero que te guste. El agua sigue llegandome a los tobillos y se me rompio la rejilla. Me gusta chapotear asi que no lo limpio. El olorcito a salado me hace acordarme de vos. Y me gusta.
Un beso.
Sensei Formatear.